Las chicas de Canterbury.

Título: Las chicas de Canterbury.

Autora: Kim Wright.

Idioma: Castellano.

Editorial: Umbriel.

Páginas: 251

ISBN: 978-84-92915-76-7

Precio: 16€

Puntuación: 9/10



Sinopsis:

Tres días después del funeral de su madre, Che de Milan recibe la urna con las cenizas y una nota recordándole su promesa de llevarlas a Canterbury.

En un principio desecha la idea. Al fin y al cabo, era solo una de las ideas excéntricas de su madre... Pero tras recibir una segunda carta de su novio, en la que le comunica que la abandona por otra, decide ir a Canterbury.

En un viaje de casi cien kilómetros desde Londres al santuario de Thomas Becket en la catedral de Canterbury, conocido por sus milagros, Che se une a ocho desconocidas.

Todas ellas irán narrando historias por el camino, al estilo de Chaucer... rivalizando por ver quién consigue plasmar con más acierto la verdadera esencia del amor.

A medida que Che estrecha lazos con sus compañeras, irá descubriendo las enseñanzas que le depara aquel fascinante viaje, acerca de la vida, la muerte, el amor, el desamor y las virtudes de la imperfección.

Opinión personal sin Spoilers:

Cuando leí la sinopsis del libro pensé "Me... tampoco es para tanto", pero la portada es preciosa, así que decidí darle una oportunidad porque era bastante distinto a lo que había leído últimamente.

Che (un nombre muy peculiar pero ya debéis suponer en quien se inspiran sus padres para ponérselo) tiene una vida perfecta, su trabajo consiste en probar y evaluar vinos, tiene un novio perfecto con el que congenia al 100% y un perrito, Freddy.

Pero como muy bien dice la sinopsis, su madre muere y su novio la deja. Muy perdida en la vida, se agarra a aquello último que le marca algo que hacer (aunque ella no se de cuenta), llevar las cenizas de su madre a Canterbury. 

En teoría había contratado a una guía particular pero esta enferma y se ve obligada a viajar con un grupo de mujeres a las cual no conoce de nada. Finalmente da el paso y se apunta a ese grupo de lo más variopinto.

Tess, la guía, les incita a contar historias durante el camino y deciden hacerlo sobre el amor, pueden ser historias autobiográficas, inventadas... lo que quieran, quien cuente la mejor historia, tendrá la última cena gratis.

Che, al principio le cuesta mucho relacionarse con el grupo ya que es muy solitaria pero es que hay muchos nombres que recordar...

A mi me pasó como a Che, me costó mucho relacionar cada mujer con su nombre, aun ahora, después de terminar el libro, tengo mis dudas. Pero lo maravilloso de este libro es que no es tan importante recordar quién es quién. Sus historias reales y las contadas por ellas, son un eco de lo que son tanto ellas como muchas de las mujeres que tenemos a nuestro alrededor. 

Historias de superación, de frustración y reencuentro con nosotras mismas que, a veces, hasta que no las cuentas a unos terceros, no llegas a entenderlas al 100%.

Che va escuchando todas las historias y va pensando en cual deberá contar ella, a la vez, que redescubre en sus compañeras facetas propias que no sabia.

El viaje de Che hasta Canterbury pasará por altos y bajos que la irán marcando y haciendo que ella misma interiorice todas esas experiencias y descubrimientos para poder encontrar su nuevo lugar en el mundo.

Frase del libro:

"La labor de una madre consiste en decir todas las palabras del mundo, y la de una hija en no hacer caso de ninguna de ellas. Cada una ha de cometer sus propios errores. Recorrer el camino paso a paso, como antes lo recorrió su madre, y aprender, por primera vez y millonésima vez, las enseñanzas intransferibles de ser mujer."